martes, 24 de julio de 2012

Txus García, " Poesía para niñas bien" y las tres palabras que están mal en el título.

POESÍA PARA NIÑAS BIEN - TXUS GARCÍA (CANGREJO PISTOLERO EDICIONES, 2011)


Llevo un tiempo considerable sin tocar el portátil. La verdad es que he tenido la cara metida en el aire acondicionado. Ya sabéis mi amor por él. Esos días he retomado lecturas valiosas y por otro lado ha caído algún que otro libro cool y también he asomado el hocico por los blogs que se van moviendo a pesar del calor. Para empezar, y como respuesta a un comentario del amable Guillermo digo que he habilitado ese cuadrito tan molesto que dice quién sigue al gracioso de cada blog como mera forma de adoraros. También me gusta que me insulten en silencio por si os da pereza.

Por otra parte, como ya prometí en su día, he de cerrar el magnífico círculo de poesía megamenstrual. Como ya veréis he ido escogiendo a tres autores de diferentes colores sexuales más que nada para asombrarme una vez más de que la mala poesía no sabe de orientación. Antes de empezar con el lío también os alegrará saber que el próximo post se lo dedicaré con todo mi cariño y babas al fabuloso blog y pronto antología ( que Satán nos guarde) de Sangrantes. Todo a raíz de varias (seguro que tiernas e inocentes) censuras a las que su creadora ha sometido mis comentarios en su blog en cuanto expresé una opinión (sin tacos, prometido) sobre este tipo de poesía. No le molarían mis argumentos tan vintage o a saber. El caso es que ya que esto es mi feudo y me peino la raya hacia donde me apetece aprovecharé estos días para indagar un poco más en la cuestión. Os sorprenderán las cosas con las que me he topado al ver un par de blogs y demás espacios de la Lunapandi. Me buscaré la ruina escribiendo sobre estas cosas, ya lo veréis. Pero bueno, ya que el mundo poético parece los decorados de Walking Dead con la plaga de los cráneos huecos expandiendo sus tripas , uñas y (no nos olvidemos por dios) sangre en todas sus variantes por doquier a mí ya sólo me queda quedarme tocando la guitarra con el pie o volcar mi lado más cascarrabias en este blog. Pero vamos a lío.

Txus García


Antes que nada, todo hay que decirlo, es posible que en este poemario (de los tres que he manoseado aquí) es en el que he podido vislumbrar más inteligencia personal,o más chicha,o más posibilidades remotas de que en algún mundo pararelo dentro de muchos años y completamente trastornada su autora pueda escribir poesía de verdad. Algo es algo amigos. De todas formas y después de este matiz de sinceridad tan necesario como horrible para mi persona os animo a que entréis en el blog de la susodicha y que, sobre todo, peguéis los ojos a la pantalla viéndola actuar en Youtube. Yo siempre digo que para poder criticar hay que conocer y para conocer hay que ver, y como yo me niego a gastar mi tiempo en ir a ver a gente menstrual mientras podría estar haciendo cosas más útiles (como el pino puente etc.) ver vídeos de sus recitales es la mejor forma de hacernos una idea de cómo más o menos queda todo AQUELLO . Muy atentos a las risas de fondo, son un buen ejemplo de cómo una puede sentir vergüenza ajena sin siquiera ver la cara de la persona.

No voy a entrar aquí en el flaco favor que esta poeta le pueda hacer a las personas de su misma condición, más o menos el mismo favor que le hacen a las mujeres todas las poetas de la vagina por cierto. Sin embargo sí es necesario hacer hincapié en que es asombroso cómo los tres poemarios que he comentado aquí tiran exactamente por el mismo fango : hagámoslo guarro, hagámoslo asqueroso, porque nosotros lo valemos y como hay que reivindicar revindicamos , qué más da la forma, todo es más cool sin forma. Txus por su parte, pertenece al grupito más "menstrual - revolucionario" al que también, en mi opinión, pertenecen los otros dos autores que se han asomado por aquí. Pero también existe otra cara de la moneda: las "menstruales-cool" que no presentan unas características tan pachangueras ni hacen tantas performances sino que guardan su sabiduría para los blogs y su sensibilidad para Instangram. Todos sabemos un poco de quién puede tratarse pero de momento mejor centrarse en lo que hay entre manos.

Este poemario, editado por El Cangrejo Pistolero Ediciones (como no), es toda una oda a la vagina. En serio, la pobre parece una Penélope algo guarreta. Leer cosas como esas te hacen replantearte la utilidad de los libros como relleno de chimenea. El libro abre con una presentación en forma de trilogía "Documento Nacional de Identidad", "Pasaporte" y "Visado" que suma y sigue en el mismo todo "miradme-soy-bollera" que tan denigrante y poco sutil resulta para cualquiera que lo lea:

Aquí estoy. Me llamo Txus y soy transgénero.
Llevo siglos siéndolo.
Fui niño bollera y niña gay. ( sutil como ella sabe)
__________________
Luego fui a las monjas y quise ser monja:
ese vivir en virtutosa comunidad de señoras
todas de uniforme (tan buenas y tan malas)
_________________


etc. etc. etc.

Generalmente, el discurso de la autora puede recordarnos el guión de cualquier película porno. Coherencia poco más que borderline y total ausencia de sutileza o ingenio a la hora de decir las cosas. Pero la cosa sigue. Profundiza en sus raíces menstruales y afirma en "Y hasta aquí puedo leer":


Masculinas, femeninas, intersex, andróginas,
solteras, casadas, monjas, viudas, enamoradas.
Ellas.
Todas.


Mierda.


Me gustan todas.


Como no, más adelante existen interferencias del inglés en los poemas ( o algo que lo parece porque es más bien como echar distintos tipos de abono en la batidora):

The camionero who lives inside me dice
que adora tus tetas, cómo se mueven,
se bambolean todo el rato, le miran,
le llaman por su nombre ¡Manolo! 
(...)
Esa zorra me provoca con sus tetas.
Sí señourita I like you me gustas honey.
Arriba y abajo, abajo y arriba, no paran
(...)
Me gusta verte la cara de mala puta 
que pones cuando me enseñas las tetas


Os sorprendería, pero suma y sigue. Sinceramente, este poemario me recuerda a los maduritos babosos de las discotecas que se te acercan con la camiseta desabrochada hasta la mitad dejando al aire el pecholobo sudado y que con la copa en la mano y el cigarro en la otra te dicen "Hola" con una cara que en ese momento prefieres que te digan cualquier guarrada o que directamente te babosee encima un gremlin que estar allí.
Para que luego digan que la poesía no nos traslada a otros mundos. Ojú.

Yo siempre pienso que que los libros malísimos se prestan muy bien a los cálculos, y aquí os digo que me ha dado pereza calcular cuántas veces Txus dice la palabra "bollera" con todos sus variantes posibles a lo largo del libro. De todas formas yo me quedo con el "edén bollero", queda muy renacentista. Aparte de eso, el libro tiene títulos completamente magníficos como " El verso me vino de nalgas" o "Fucking with 4 (Polvoqueer I)". Este último poema del todo traumatizante para cualquier persona que haya leído algo de poesía de calidad. Hoy me siento piadosa y no lo voy a citar aquí.

Como no, más adelantada en el libro ( y ya con la saturación subiéndome por la espalda) me he encontrado con varios latinismos ( bienvenido Javier Gato y sus ganas de hacerse el culto). Yo no sé qué le da a esta gente por meter el latín entre vaginas. Es una lengua muerta, no hace falta intentar rematarla amigos.  Creo que ya se me ha pasado la piedad y no puedo dejar de citar el maravilloso " Agentes forestales de servicio" :

Aterrorizada de sus trajes caquis,
de sus invisibles ojos tras el cristal,
del ruido infernal,
cantaste una nana.
Unicamente entonces 
                       -plop-
saqué el dedo de tu vagina.


Como toda poesía menstrual te hace replantearte tu sexualidad. Si Dono me hizo avergonzarme de ser  hetero, aquí la amiga hace todo lo posible con lo homo. Yo no sé a qué atenterme ya, creo que me casaré con mi aire acondicionado. Por muchas guarradas que hagamos seguro que no podrán ser descritas de esa forma tan basta, hueca y desagradable. A mí me sonaba  que la poesía requería talento, no tener dónde meter los dedos, pero ya a saber...

Básicamente los poemas siguen y siguen y siguen así durante todas las páginas. A mí me parecieron mil. Sobre todo cuando llegué al poema "Ñam Ñam" en el que la poeta hablaba de fluidos vaginales en la cara y pelos molestos en la boca.

El poemario cierra con el poema que tenéis en el enlace a Youtube más arriba. Así que nadie puede decirme que no avisé.

Hasta aquí llega mi trío. Como habréis podido observar, comparten rasgos que es muy difícil ignorar y sobre todo comparten la sensación que nos causan. No sé como a vostoros, pero para mí leer cualquiera de estos libros ha supuesto traumas poéticos graves y meses de meditación. Eso y la enorme gratitud a Dios por no haberme dejado comprar alguno de los libros por casualidad. Sinceramente, y poniéndome un poco más seria: creo que aquí hay un problemita de fondo bastante peludo y con mal carácter : es insólito hasta el ridículo el hecho de que se ha invertido dinero, se ha gastado papel (¿y el Amazonas? ¿quién piensa en el Amazonas?), han participado ilustradores, imprenta, editores, etc etc etc para publicar ESTO. ¿Podríais imaginaros la cantidad de cosas que se podrían hacer con todo el dinero que se ahorraría en este tipo de publicaciones? Este y no otro es el mayor daño que hacen estos grupos de gente, porque al fin y al cabo un libro lo podemos ignorar, cerrar al leer la primera línea o incluso utilizar de papel de baño (aún a riesgo de acabar con el poema Ñam Ñam de Txus García tatuado en el culete) pero las publicaciones válidas y de calidad que se pierden con cada mojón de estos eso sí no nos lo quita nadie.

Poesía menstrual : Nivel 9.5/10

miércoles, 4 de julio de 2012

Javier Gato, "Diario de un gato nocturno" . Niños, pernoctar es letal para las neuronas.

DIARIO DE UN GATO NOCTURNO - JAVIER GATO  ( CANGREJO PISTOLERO EDICIONES, 2009)


La verdad es que últimamente sólo entro en las librerías porque despilfarran en aire acondicionado y con el calor que hace es de agradecer. De todas formas hay que disimular así que suelo arrejuntarme a la esquina friki de libros de poesía en la que todos los que buscan algo miran disimuladamente y con rápidos vistazos a las estanterías , como avergonzándose por buscar un libro de Machado y no de Moccia. Durante esas visitas fugaces al mundo de las portadas "integral sin sal" es normal que una edición medianamente bonita salte a la vista. Me pasa siempre con todos los libros del Cangrejo pistolero ediciones (shit). Lo malo es que ya he dejado de esperar que las tripas acompañen a la portada. A estas alturas del telediario la editorial ya se ha ganado a pulso la reputación de ser una iniciativa que empezó buscando gente sin publicar para hacer más interesante la oferta de poesía de este país y ha acabado siendo otra mafia más que ha creado su propia secta-de-amiguísimos-alternativos-revolucionarios-menstruales que, a mí personalmente, me hacen sudar incluso con el aire acondicionado a tope de las librerías. El caso de Javier Gato no es una excepción. Si obviamos el maravilloso (véase maravilloso como sinónimo de suicidio en este caso) juego de palabras que usa para crear el título, el libro es mucho mejor en posición cerrada (cabe añadir: muy muy).

Yo oí hablar de Javier Gato por las Noches del Cangrejo que (basta con ver vídeos en Youtube aquí (atentos: escribe poesía neolibertina ¿? y cabaret qué?)) consiguen reunir toda la piña alternativa de España. Eso tiene mérito, sobre todo porque así una sabe dónde se junta esa gente y así la menstrualidad y la "revolusión" se hospedan en el mismo lugar. Digamos que las Noches de Cangrejo es una especie de explosión olé en la que el único fallo consiste en llamarlo jams poéticas. No voy a entrar aquí en el concepto de poesía que une a los integrantes de colectivos similares y que ( como posiblemente se haya podido intuir) yo no comparto porque eso ocuparía mucho sitio y tampoco procede tocar las castañuelas todavía. Mejor ponerme seria y centrarme en el libro:

Javier Gato


Caí en la trampa de hojear el libro de Gato porque soy muy facilona para las ediciones como ya he dicho, y con Cangrejo siempre me dejo llevar por ese masoquismo poético privado. Quería hablar aquí sobre este poemario en particular porque después de hablar de Maite Dono y su poesía menstrual me ha dado por investigar si dicho género podía tener variantes y, efectivamente amigos, aquí tenemos la variante más gayer de la menstrualidad. Me falta la variante lésbica como ya podéis intuir pero ya tengo a la candidata perfecta , no desesperéis. De esta forma el círculo se cerrará y yo me iré a dormir con la seguridad de que el mundo poético reposa en sus manos (la tranquilidad ante el apocalipsis) y a otra cosa. Javier Gato, a diferencia de Dono, así a simple vista me cae regulín, a lo mejor porque se dedica a esa tarea frikísima que es el estudio de la literatura del Siglo de Oro y me da envidia o quizá porque es la típica persona con la que sé que sólo me llevaría (de puta madre eso sí) completamente alcoholizada. Sin embargo no hay que juzgarme severamente, como en el caso anterior investigué la persona del autor sólo después de leer el poemario y teniendo ya una opinión bastante inamovible.
El poemario comienza con un curioso poema-estilo-Frankenstein con un tal Torricelli de protagonista. Ya aquí se puede ver el estilo chapero-callejero del vocabulario del poeta, algo que se confirma con el siguiente poema curiosamente llamado "Nana del chapero". Aquí es donde empiezan las variantes de lo morboso que aparecen a lo largo del libro de una forma un tanto cansina:

Duérmete en mis garras. pequeño príncipe solitario.
Abraza fuerte mi carne pecadora,
sobada
y sueña humedamente con mi libertinaje.


Básicamente todo el poemario es una orgía algo guarreta de la que se nos hace partícipes. Yo no quería tantos detalles sobre la vida sexual de nadie la verdad. Ya más adelante en "Final-no-es-un-final" aparece uno de mis trozos favoritos:

Y es besarte, dejarme poseer por ti,
olvidarme de qué es la paz.
Rio chillo salto bailo lloro muero
y renazco una y otra vez
muy velozmente, todo muy velozmente
por mis venas y hasta mi cerebro,
chispa que saltas y lo quemas todo.


Hay que prestar atención al Sex Drugs And Rock And Roll presente en todos los poemas, eso sí , con un toque de YEAH. Sinceramente, creo que la mezcla Siglos de Oro-orgías-mucha-tralla-en-las-venas es algo perjudicial para las neuronas y para la impresión que se puede llevar un lector no borracho. A mí personalmente me gusta el "todo muy velozmente" porque me da morriña al recordar a mis compañeros del colegio cuando estaban colgados y ponían "todo" delante de las frases (voy tó ciego, esto es tó guapo, estas tó borracho etc.). Tímidamente podría sugerir que el poeta lo cambiara por "tó velozmente" para darle un toque más chic y realista al verso, pero a saber, creo que me tomo demasiadas libertades.
Aparte de este magnífico imaginario de la decadencia, Gato también (cómo no oh muy god) usa versos en inglés metidos en los poemas aleatoriamente, siempre que sean cosas guarronas claro, si no no vale ni queda tan on fire, pag. 17:

You fuck my mind


Más adelante, y siguiendo con la sutil y nunca vista metáfora del gato en la noche, Javier recrea la Odisea pero con un pobre minino de chapuzón como protagonista en lugar de Ulises ( "Aurora roja" ). Desde aquí hago un llamamiento: DEJAD a ULISES en PAZ. ESTÁ muy USADO. PENÉLOPE está CANSADA.

De ese mismo poema podemos sacar otro de los versos memorables de los diarios del gatete:

Entonces salta la alarma,
se cae en la psicósis,
se declara una sífilis.


Simplemente orgásimico.

Al margen de todo esto, las referencias a la asquerosidad son reiteradas. Aquí el que no dé asco no es persona. Menos mal que todavía no hacen fotos de sus defecaciones para ponerlas de portada, pero advierto que poco les quedará. Aquí un ejemplo de "Noche de Halloween":

Galernas de hielo masacran,
acuchillan sin piedad mi carne podrida, (la carne si no es podrida no es carne amigos)
sangrienta, purulenta,
abierta en cráteres a la cruel escarcha.


Hay que reconocerle al chico que sabe insistir. Tanto pico-pala para dar asco es admirable. Más adelante llegan referencias un poco más homosexuales que, como todas las cosas, si se hacen sin talento e ingenio  causan deseos pirómanos:

Pero lo que tú no sabes,
de lo que tú no te das cuenta
- porque eres Géminis - 
es que creer en ti es vivir por y para ti.


A estas alturas del libro (y ya con una mano estirándose hacia el bote de matarratas para acabar con mi sufrimiento),  me machacó la irritante sensación de que el autor sigue un criterio fascinante para separar los versos : a boleo. Eso podría explicar la total falta de ritmo y mi tic en la mandíbula. Pero quién sabe...

Finalmente, y ya para terminar antes de que muera algún gatete caben subrayar las reiteradas menciones de Amy (Whinehouse), algo que no puede faltar en un libro tan cool y bohemio por definición, la utilización del latín ( de repente a modo-mazo entre tanto pene y tripas) como un desesperado intento de subrayar la condición filológica del autor y el matador homenaje a Panero en el que las palabras "fétido, cloaca, inmunda, sangre, miserable, insignificante" etc procrean en unos poquísimos versos poniendo de manifiesto la incapacidad de Gato para crear imágenes fuertes sin incurrir en la obviedad. Panero no se merece esto, el señor está en un manicomio y ya tiene suficiente con lo que tiene por dió.

No puedo terminar sin mencionar mi poema favorito. Mirad qué maravilla de la creación humana:

Me dejé chupar la polla envuelta
en una aséptica y estúpida capa
de latex aromatizado.
Por suerte, sus dientes grises y deformes
fosa común profanada,
y su lengua gruesa y fétida fueron esquivados
por mis labios
(...)
A la salida de aquel despacho
me sentí orgulloso de repartir voluptuosidad
entre criaturas avernales
y compartí con todos los progres esa idea tan rara
de que el trabajo dignifica.


Desde aquí le agradezco a Javier Gato mi insomnio y mis arcadas crónicas a partir de ahora.

En fin, básicamente a Gato le falta sutileza y elegancia (de esa que da un poco de dignidad) por todas partes. Los aspectos técnicos no es que sean cojos, es que murieron el día del parto. Eso por no hablar del vocabulario ( comparten diccionario con Maite Dono por lo visto). La única decepción que me he llevado con el libro es que el Epílogo está escrito por Elena Medel. Espero que le debieras un favor a Javier o al Cangrejo Elena porque si no, no me lo explico.

Como gran costumbre quiero cerrar con un verso del libro:

No hay duda:
éste, y no otro,
es el sonido de la desgracia.


Al menos lo dice.

Poesía menstrual: Nivel 7.5/10